jueves, 13 de diciembre de 2012

IV. Centenario de Xirivella


Nuestras vidas, están regida por una constante universal e inalterable, como es el paso del tiempo, de hecho, es ese paso del tiempo el que nos lleva a recordar determinados momentos de nuestras vidas,  determinados momentos en los que nos detenemos y rememorar, de forma periódica (ya sean: días, meses, o años) algún hito que cambió nuestra vida o más bien fechas puntuales en las que celebramos algo.

Este paso del tiempo y esa costumbre de recordar hechos que quedaron en el ayer no sólo lo podemos aplicar a nuestras vidas, sino que se  puede utilizar para conocer la identidad de un lugar, en este caso el de Xirivella. Y ahora es donde viene la pregunta: ¿Que tiene que ver, el paso del tiempo, las costumbres  y la identidad de un pueblo, como es Xirivella? Pues bien la respuesta, a modo de crítica irónica seria, la grave enfermedad de Alzheimer histórico que sufre Xirivella (junto con otros avatares) que han empujado a esta milenaria población al desconocimiento de su pasado, a la pérdida de sus costumbres y al olvido de su identidad. Sin pasado no hay historia, sin historia no hay identidad, sin identidad no hay tradiciones, y sin tradiciones, ¿Qué le queda a un pueblo?
Pero por suerte, el pasado deja huella y de alguna manera se perpetua hasta nuestro días, de diferentes formas y maneras, tan solo, y citando a Maurice Maeterlinck “El pasado siempre está presente,  tan solo debemos sentir su esencia”. Ayer 12 de Diciembre, para la mayoría fue, “sin pena ni gloria” un día mas, sin embargo para Xirivella debería de haber sido un día “con gloria y sin pena”. Permitidme que me explique y que me remonte hasta el siglo XVII al año 1612 y a un día en concreto el 12 de Diciembre. En ese mismo día se otorgó una de las hipotéticas “Cartas pobla” o “Cartas pueblas” que comúnmente, es un documento que otorga una forma jurídica a un colectivo humano dirigidos en este caso bajo el manto del culto religioso.

Pues bien, el 12 de Diciembre de 1612, fue uno de los hipotéticos días en el que nació la Xirivella en la que hoy nos encontramos y de la que podemos  ver actualmente, algunas de las representaciones arquitectónicas más gloriosas de la que fue la Xirivella del siglo XVII.

Alguno ya, antes de que lo diga yo, se habrá dado cuenta ya, de cuál es la metáfora de este artículo si, ayer fue 12 de Diciembre pero de 2012, 400 años¡¡¡¡¡ sí, el IV Centenario de nuestro hipotético nacimiento como sociedad. Y es entorno a esa fecha, a ese paso del tiempo, y a esa necesidad por recordar nuestro avatares históricos por lo que, si le presentamos atención a nuestro pasado, descubriremos tradiciones o celebraciones que nos pertenecen y que forman parte de nuestra identidad, pero sobre todo de la identidad de Xirivella.

Algunos pensareis que es una curiosa fecha, y que esto no es más que una mera teoría o invención, y no os reprocharé vuestra idea, pero concededme el beneficio de la duda. Dicha fecha la conocemos  gracias al Rector, Don  Pedro Sucías Aparicio nacido  en la localidad de Enguera en 1844. De vocación religiosa, su situación económica no le permitió empezar sus estudios hasta que un vecino suyo le costeó la carrera. Fue entonces cuando ingresó en el Seminario de Valencia, donde estudió Humanidades, Filosofía y Teología. Su primer destino como sacerdote fue Montesa. Como historiador destacó como cronista de Enguera y haber publicado varios libros sobre la localidad y sobre la corona de Aragón, destacando  su obra más célebre “Notas útiles para la historia del reino de Valencia" que son más de 70 volúmenes manuscritos, que ingresaron en la Biblioteca Municipal de Valencia el 13 de mayo de 1918, y que actualmente se puede consultar una facsímil de estos manuscritos en la Biblioteca Municipal de Valencia, (Plaza Maguncia).

Para finalizar una pequeña reflexión: Cualquier hecho pasado, ya sea verídico y documentado, o menos creíble y dudoso como es este el caso, debe de ser tenido en cuenta, ya que de alguna manera puede ayudarnos a explicar nuestro pasado y el del lugar en donde vivimos y por el que deberíamos de sentir un respeto casi reverencial, esta es mi contribución a tan ilustre pueblo el cual se tiene etiquetado como  “pueblo dormitorio” cuando su herencia es más de lo que nos podemos imaginar.

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